A 65 AÑOS DE LOS MIMOS DE NOISVANDER:
RESCATANDO EL ARTE DEL SILENCIO
PUBLICADO EL 27/08/2015
En 1950 se formó Los Mimos de Noisvander, compañía creada por uno de los precursores del arte de la pantomima en Chile: Enrique Noisvander. Hoy, cuando se cumplen 65 años de su nacimiento, tres de sus históricos integrantes -Rocío Rovira, Óscar Figueroa y Eduardo Stagnaro- narran parte de lo que fue este importante colectivo para la cultura de nuestro país.
“Cada artista es un milagro”, dicen casi al unísono Rocío Rovira, Óscar Figueroa y Eduardo Stagnaro, tres de los artistas insignes de la compañía de la cual también fueron parte Víctor Jara, Jaime Schneider, Silvia Santelices, Mauricio Celedón, Delfina Guzmán, María Izquierdo y Claudia Di Girólamo, entre muchos otros.
Conversar con estos tres artistas es una experiencia única. Cada historia, anécdota y recuerdo brota de sus memorias con tanta emoción y nostalgia que es inevitable viajar en el tiempo y trasladarse a la época cuando se creó esta academia, una de las más importantes a nivel mundial y que ahora -a 25 años de su fin- reivindica su legado gracias al ánimo de estos mimos, quienes sacan la voz para contar cómo se desarrolló este patrimonio de nuestra cultura.
“Enrique Noisvander era profesor de expresión corporal en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile”, recuerda Rocío Rovira (81), una de las primeras mujeres que integró el grupo. Su marido, el actor Óscar Figueroa (78), también fue parte de esa historia. Y aunque hoy residen en Venezuela, sus constantes viajes a Chile les han permitido participar en la reconstrucción de la memoria de la compañía.
En el año 2009 comenzó a gestarse un trabajo de investigación, titulado ‘Una Historia en Silencio: Archivo del Maestro de la Pantomima Enrique Noisvander (1950-1990)’, con el apoyo del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (FONDART). Hoy, seis años después, continúa avanzando gracias a la constancia de, entre otros, Francisca Infante Montt, profesora y actriz que trabajó con Noisvander y que actualmente encabeza el grupo de personas que ponen todo su esfuerzo en el rescate de esta historia.
“No podemos estar con amnesia frente a nuestra propia historia. Esto es una recuperación de la memoria. Era necesario un reconocimiento a Enrique”, afirmó Infante al inicio de este trabajo de investigación, agregando: “la importancia de Enrique no va sólo en la pantomima; él es el gran maestro del trabajo del cuerpo del actor. Todos los programas de las escuelas de teatro están basados en la investigación que él hizo sobre el cuerpo”.
Por su parte, Rovira apunta: “Nosotros junto a Eduardo Stagnaro (78) vamos constantemente a la Biblioteca Nacional a poner fechas, nombres y lugares detrás de cada una de las fotos”, y comenta que el trabajo ha sido extenso, tanto, que “en el camino ya ‘se han ido’ tres” ex integrantes de la compañía que también participaban del proyecto.